El 9 de septiembre de 2017, el papa Francisco visitó Medellín en una jornada llena de fe y emoción que quedó grabada en el corazón de miles de fieles. A su llegada al aeropuerto de Rionegro, fue recibido por una delegación oficial y luego abordó un modesto Chevrolet Sail color negro que lo condujo hasta el aeropuerto Olaya Herrera para una misa campal.
Durante más de 35 minutos, miles de personas lo esperaban con fervor a lo largo del camino, entre aplausos, lágrimas y oraciones. El Santo Padre permaneció ocho horas en la ciudad, en una jornada marcada por la fe, la emoción y el cariño del pueblo antioqueño.
El Chevrolet Sail se convirtió en un símbolo de fe y esperanza, ya que el papa Francisco fue testigo del cariño de un pueblo que salió a las calles con el corazón en la mano. La visita del papa Francisco a Medellín sigue siendo recordada como un momento de gran significado para la comunidad católica en Antioquia.









