Balenciaga vende chaqueta rota por $950 y se agota en apenas 24 horas

Balenciaga volvió a colocar la moda bajo el foco público al lanzar la “Destroyed Jacket”, una chaqueta roja deliberadamente destrozada cuyo primer lote, con precio de venta de 950 dólares (unos 3.700.000 pesos colombianos), se agotó en menos de 24 horas según registros difundidos en redes sociales. Videos y fotografías muestran una prenda agujereada, con hilos sueltos y un parche completamente desgarrado en el torso, apariencia que la asemeja a un objeto rescatado de una escena de incendio más que a una pieza de lujo. Mientras tanto, las reventas ya ofertan ejemplares por encima de 1.500 dólares, sin que pueda asegurarse su autenticidad debido a la “particularidad” de la pieza.

La chaqueta se inscribe en una línea de diseño intencionalmente deteriorada que la casa viene explotando desde lanzamientos previos. El fenómeno fue potenciado por la viralización de un clip compartido en redes sociales que confirmó el agotamiento veloz de la primera tanda. Analistas y usuarios en redes identifican dos perfiles de compradores: Los “buscadores de estatus” que adquieren la prenda como señal de distinción cultural, y los “irónicos” que la compran como crítica o meme en formato textil. Para Balenciaga, la controversia actúa como motor de marketing: Shock mediático, exclusividad y discusión pública que se traducen en visibilidad y en mercado secundario.

El debate público se centra en la dualidad estética y ética del gesto: Para algunos, la moda “destroyed” es una provocación conceptual que reconfigura los límites del gusto. Para otros, una romantización de la precariedad vendida desde el privilegio. Más allá de la opinión, el episodio confirma la eficacia de la estrategia de la marca por transformar la indignación y la burla en conversación rentable. Balenciaga vuelve a demostrar que, en el lujo extremo, la polémica puede ser tanto producto como promoción, y que no importa que hablen bien o mal de ti, solo que hablen de ti.