Álex Gómez-Marín, físico y neurocientífico con doctorado en Física Teórica por la Universidad de Barcelona y científico titular del CSIC que dirige el Pari Center en la Toscana, presentó su enfoque investigativo tras una experiencia cercana a la muerte en 2021 que lo obligó a replantear su agenda científica. El investigador pasó de estudiar problemas teóricos a explorar los límites de la conciencia y la pregunta que impulsa su trabajo: ¿Hay vida después de la muerte? Sobre esa cuestión afirma con claridad: “Me inclino hacia el sí. He estado en el umbral y tiene buena pinta. Pienso que sí, que hay algo de nosotros que sobrevive cuando morimos”. En La Ciencia del Último Umbral, su reciente libro, combina relato personal y rigor académico para abordar esas experiencias que la ciencia tradicional suele considerar tabú.
Gómez-Marín ha centrado sus proyectos en fenómenos al margen de la conciencia, defendiendo una postura crítica frente a la ortodoxia materialista y proponiendo hipótesis alternativas. Además advierte contra el uso dogmático de la ciencia como instrumento de poder y reivindica otra forma de comunicar y practicar la investigación: “Siento una responsabilidad de tratar de hacer y comunicar una ciencia distinta. Ya basta de ‘la ciencia dice…’ como herramienta política de dominación”.
El interés por las experiencias cercanas a la muerte no es nuevo: Su estudio científico data de hace medio siglo en Estados Unidos, cuando médicos empezaron a escuchar a pacientes que habían vuelto tras episodios clínicos límite. Gómez-Marín afirma que seguir investigando podría cambiar la comprensión social sobre la muerte y la continuidad de la mente, y subraya que avanzar en este campo implica tanto rigor metodológico como apertura conceptual. Para él, la investigación sobre los márgenes de la conciencia busca confirmar si la mente puede trascender el fin de la actividad cerebral y, en ese caso, transformar la forma en que afrontamos la vida y la muerte.









