El ex presidente Álvaro Uribe Vélez advirtió sobre un “profundo problema interno” en Colombia, señalando que el creciente dominio de la economía del narcotráfico está erosionando las bases de la democracia y la nación. Esta declaración surge en respuesta a las recientes acciones de Estados Unidos, que incluyen la suspensión de la cooperación económica y un aumento en los aranceles a los productos colombianos. Según Uribe, la entrega de más de 1.800 toneladas de cocaína al mercado internacional no solo intensifica la violencia doméstica, sino que también provoca una “negativa reacción internacional”, la cual ya se evidencia con EE.UU. y se expandirá a otros países.
El líder del Centro Democrático atribuyó la crisis actual a lo que considera “decisiones erradas” tomadas por gobiernos posteriores al suyo. Específicamente, señaló el Acuerdo de Paz de 2016 con las FARC, que supuestamente otorgó “impunidad al narcotráfico”, y la política de “Paz Total” del actual Gobierno de Gustavo Petro como factores que agravaron la situación. Uribe lamentó que la pérdida de resultados del Plan Colombia, un programa de cooperación de más de 11.000 millones de dólares, sea una consecuencia directa de estas políticas. Además, acusó a sectores “neocomunistas” de utilizar el narcotráfico como herramienta para destruir la democracia, bajo el pretexto de buscar la paz.
Para el ex mandatario, la solución a esta coyuntura pasa por un cambio en la dirección del Gobierno, buscando urgentemente “reconstruir la relación con Estados Unidos”. Uribe concluyó que el actual aislamiento internacional amenaza la seguridad, la cooperación y la estabilidad comercial del país. Su llamado final es a revertir esta tendencia para evitar que el problema del narcotráfico siga socavando la estabilidad de Colombia a nivel interno y su posición ante la comunidad internacional.
